El Futuro de las Entrevistas: IA vs Humanos ¿Y si el equilibrio fuera la clave?
En el competitivo mercado laboral actual, donde los procesos de selección son cada vez más automatizados, muchas personas se preguntan si las entrevistas humanas están quedando obsoletas. Sin embargo, lo que debería preocuparnos no es la desaparición de los entrevistadores humanos, sino su falta de preparación para dialogar con profesionales experimentados.
Tomemos como ejemplo el caso de Pepito Pérez. Project Manager con años de experiencia, estudios de posgrado en el extranjero y un enfoque ético incuestionable, Pepito había estado sin empleo por algún tiempo cuando surgió una oportunidad en una firma reconocida. Entusiasmado, se preparó a conciencia y acudió a la entrevista presencial, pero lo que encontró fue una joven entrevistadora con una actitud más enfocada en las apariencias que en el fondo. No hubo preguntas técnicas, no se abordaron sus logros ni capacidades, y la entrevista giró en torno a lugares comunes de "soft skills" sin profundidad.
Tras media hora de conversación que poco aportó, Pepito fue descartado sin mayor explicación. Días después, una colega le comentó que el puesto había sido tomado por una persona más joven y con menos experiencia. Sin embargo, Pepito no se amilanó. En su siguiente proceso, enfrentó una entrevista con IA: desafiante, estructurada, objetiva. Esta vez, la IA lo calificó positivamente y lo hizo pasar a la siguiente etapa del proceso. Eventualmente, obtuvo el puesto.
Y allí está el punto clave: no se trata de reemplazar completamente al factor humano ni de entregarlo todo a la IA. Se trata de crear un sistema híbrido, donde las entrevistas humanas sean conducidas por personas capacitadas para leer más allá del CV, con criterio y sin sesgos, mientras que la IA actúe como filtro neutral y justo. La tecnología no está para reemplazar lo humano, sino para corregir sus puntos ciegos.
Los departamentos de Recursos Humanos que no evolucionen, probablemente serán barridos por esta ola de eficiencia y equidad que propone la inteligencia artificial. Pero si logran reinventarse y colaborar con la IA, podrían construir procesos más humanos, justos y eficientes.
Casos como el de Pepito muestran que la tecnología no solo puede mejorar el proceso, sino también abrirle paso a perfiles valiosos que, en manos equivocadas, podrían ser descartados por razones ajenas a su verdadera capacidad.
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