Sprints y el Work Breakdown Structure (WBS) en la Gestión de Proyectos Ágiles
Aunque en la oferta original era difícil identificar ciertos módulos que el cliente mencionaba, tampoco se especificaba claramente que estos no serían realizados. Como suele suceder, el cliente, al estar enfocado en el precio y el tiempo, no había tomado en cuenta estos detalles. Y aunque puede que no los mencionara o simplemente los olvidara, la responsabilidad seguía en debate: ¿debía el proveedor preverlo o el cliente mencionarlo?
¿Cómo evitar estas situaciones?
Este tipo de situaciones es un reflejo de la falta de claridad en el alcance del proyecto. Aquí es donde la importancia de herramientas como el Work Breakdown Structure (WBS) se vuelve fundamental. El WBS es una herramienta indispensable en la gestión de proyectos, ya que permite descomponer el proyecto en tareas más pequeñas y manejables, asegurando que todos los elementos sean identificados y tenidos en cuenta desde el inicio.
La relación entre el WBS y los Sprints en metodologías ágiles
En metodologías ágiles, como Scrum, el trabajo también se desglosa, pero en lugar de hacerlo de una vez al principio del proyecto (como con el WBS), se hace de manera incremental a través de sprints. Un sprint es un ciclo de trabajo que generalmente dura entre 1 y 4 semanas, en el cual se completan tareas específicas. Ambos enfoques tienen el objetivo común de organizar el trabajo de manera clara, aunque el ágil permite mayor flexibilidad y adaptación.
Buenas prácticas de gestión de proyectos: involucrar al cliente
Para que los proyectos IT sean exitosos, no solo es responsabilidad del proveedor seguir buenas prácticas y herramientas como el WBS o los sprints. Es igualmente importante educar al cliente para que entienda que el alcance, el tiempo, y el costo son elementos interconectados y deben ser revisados cuidadosamente. No se trata solo de un precio y una fecha de entrega; el contrato debe incluir el WBS que define el trabajo y el cliente debe asumir la responsabilidad de revisarlo a fondo antes de aprobar cualquier oferta.
Conclusión
Es claro que las buenas prácticas en la gestión de proyectos IT aún tienen un largo camino por recorrer en muchas organizaciones, pero con la aplicación adecuada de herramientas como el WBS y la adopción de metodologías ágiles, podemos reducir las sorpresas y garantizar una mayor transparencia y control en los proyectos. Al involucrar al cliente de manera más activa en la revisión y aprobación del alcance, no solo mejoramos la planificación, sino que también fomentamos una colaboración más efectiva entre las partes.
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